lunes, 31 de agosto de 2009

¿Cual Izquierda?


"Para servir a la patria nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va"

Venustiano Carranza.

A propósito de que Carlos Navarrete juró como presidente de la Mesa Directiva del Senado Mexicano, convendría saber a cual izquierda representará.

Transcribo aquí algunos párrafos del ensayo "América Latina. Posiblidades, Geometría Política, y Aritmética del Desarrollo" que me publicó la Universidad Iberoamericana en su revista Acequias.

La izquierda no es una, sino muchas; y no alcanzan los dedos de la zurda para un ejercicio taxonómico. Por sus fines, todas las izquierdas germinan desde el reclamo seminal de la igualdad, pero en una primera conceptuación difieren en el tipo de igualdad que persiguen: la de los derechos, la de las oportunidades o la del bienestar; que desde el ámbito natural resultan un trilema imposible a un tiempo, esto porque:

• Privilegiar ―y aquí utilizo deliberadamente este verbo exclusivo― la igualdad del bienestar cancela el derecho aspiracional.

• Enfocar la igualdad de derechos ralentiza la igualdad de oportunidades; en tanto las oportunidades de “todos”, por definición, dejarían de serlo.

• La igualdad del derecho al bienestar centraliza en una casta desigual el derecho a tomar decisiones en nombre de un todo artificial, o hasta dictatorialmente unánime.

Según Gilly (2005), por la expresión histórica de sus medios se hace posible clarificar cuatro izquierdas:

Liberal, opuesta al conservadurismo, no pretende reconfigurar el arreglo social, sino ampliar la organización social y la libre participación ciudadana dentro de la política y la práctica cotidiana del poder gubernamental.

Socialdemócrata, aboga por un estado de protección social, una especie de “Estado Benefactor” delineado y explicitado desde las posibilidades democráticas y económicas.

Social, con la movilización, hace críticas, reclama justicia y libertad, pretendiendo cambiar la práctica del orden social imperante, pero sin proponer un modelo de reemplazo homogéneo y convincente.

Socialista, cuya plataforma es un antagonismo teórico, práctico y moral del capitalismo oligárquico, considerando a este orden como una sociedad para la explotación y la alienación, instrumentadas con la globalidad, el neoliberalismo y el imperialismo mediático.

El mosaico izquierdista en América Latina toma la apariencia de la talavera mexicana: es un conjunto ideológico de fracciones acaso coaligadas, donde el reflejo de cada una se proyecta en direcciones diversas, sin una alineación visible de medios y fines.

Desde esta tónica, conviven en ocasionales híbridos mutantes: la izquierda reflexiva desde la academia y la de los medios de comunicación; la izquierda contestataria (estacionada en el mitin tremendista y en la aventura necesariamente adolescente).

La izquierda de la revolución institucionalizada, la de la revolución democrática y la revolucionaria a secas; la liberal y la autoritaria; la del eterno dogma y la de la praxis camaleónica; la nueva izquierda de la tercera vía del mercado y la de la añoranza del Estado cual ogro filantrópico.

También esa izquierda entrañable, paridora de izquierdistas, a los que la desigualdad estruja las entrañas, en una región cuya miseria pareciera crónica; esa izquierda como reducto legítimo y legitimador de los desposeídos, quienes no buscan descarrilar el tren del desarrollo para así bajarse, sino redireccionarlo para por fin subirse.

1 comentario:

Psicoterapia.psicoanalitica dijo...

Como dijo una académica de la UIA: "En realidad, sólo exiswte o la Demo-dura o la Dicta-blanda".

Las clsificaciones las hacen los estudiosos de las ciencias y discplinas, la demagogia, los pseudo-políticos.

saludos!