domingo, 17 de enero de 2010

Vivir 100 Años


Si usted ha tenido hijos a partir del año 2000, es muy probable que éstos lleguen a cumplir 100 años y tengan mejor salud que las personas que hoy tienen 65 años.

Hace 250 años la esperanza media de vida era de 30 años, uno de cada cinco niños moría antes de cumplir 2 años. Alejandro Magno conquisto territorios antes de cumplir 20 años, y murió víctima del paludismo a los 33. La vida tenía prisa porque era corta, y el concepto de adolescencia no existía.

Kaare Christensen, profesora del Centro de Investigaciones sobre el Envejecimiento de la Universidad de Dinamarca, publicó recién el estudio “El envejecimiento de la población. Los desafíos que hay que enfrentar” Conjuntamente con científicos de Wharton, y del Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas, este estudio ofrece interesantes conclusiones.

Dinamarca, Japón, Canadá, Australia, y Nueva Zelanda, han ganado 30 años adicionales en la esperanza media de vida de su población menor de 10 años. Por el grado de desarrollo en nutrición y servicios médicos en dichos países, es probable que en las próximas décadas no sufran el deterioro en el número de personas económicamente activas, pues si bien su tasa de natalidad es baja, (menos jóvenes entran al mundo laboral) su tasa de jubilación también lo será.

Cuando la Seguridad Social entró en vigor, en los años 30, la expectativa de vida era bastante menor. En realidad, nuestro concepto de edad ‘normal’ para jubilarse se basa en el sistema alemán, que fijó la edad de 65 años para la jubilación, ya que la mitad de la población de la época jamás alcanzaba esa edad.

Se trataba, por tanto, de un sistema de jubilación que funcionaba, pues cubría sólo aquellos pocos que sobrepasaban el límite de esperanza de vida de entonces.

Hoy ningún sistema jubilatorio basado únicamente en las aportaciones de los “nuevos” puede funcionar. Los cálculos actuariales de aquella época permitían esta especie de obligatoria -pirámide Madoff- social. Hoy ya no.

De ahí la creación de esquemas jubilatorios de ahorro definido, (aportaciones a las afores) donde realmente la persona está pagando una especie de seguro inverso, pues no solamente tenemos el riesgo de morir jóvenes, sino ahora también el “riesgo” (y el costo) de seguir mucho tiempo viviendo viejos.

Las personas tendrán que adquirir pronto un conjunto de habilidades que no sólo les permita conseguir el primer empleo o que las prepare para la profesión-oficio que deberán ejercer en los próximos 20 años, sino que también las ayude a encontrar diferentes carreras de 20 años de duración cada una a lo largo de una prolongada vida.

Eso va a exigir un enfoque muy diferente en la educación, de tal modo que las personas vuelvan periódicamente a la escuela para aprender nuevas capacidades laborales, en vez de que trabajen con un conocimiento “congelado” conseguido en un punto determinado de sus vidas.

Puesto que el estudio muestra una reducción significativa en la tasa de mortalidad de las personas más viejas, ¿esto significa que un número mayor de personas va a trabajar más, y pelear los menos empleos disponibles?

No necesariamente, afirman los autores “Habrá más personas exigiendo mayor atención a la salud, más centros recreativos y otros tipos de bienes y servicios. Por lo tanto, la demanda generalizada de bienes va a aumentar, lo que ayudará a crear los nuevos empleos”.

(Con información de Knowledge-Wharton)

No hay comentarios: