jueves, 19 de noviembre de 2009

Conocer a Stiglitz


Obviamente no me refiero a Hugo.

Aquel barbudo actor que hizo fama en la década de los 70s, con películas como Tintorera (1977), y El Triangulo Diabólico de Las Bermudas, (1978), ambas dirigidas por René Cardona Jr.

Me refiero a otro barbudo, a Joseph.

Economista y Profesor de Columbia University, quien de visita por acá, comento que el manejo mexicano de la crisis ha sido uno de los peores del mundo.

Admiro a Stiglitz, es uno de mis economistas preferidos, he leído todos sus libros, y gran parte de sus artículos académicos.

No obstante, no estoy de acuerdo con su afirmación.

¿Por qué? Porque la manera en que la crisis mundial ha afectado a nuestro país no dejo márgenes de maniobra para elegir; digamos, entre lo bueno y lo malo, o entre lo mejor y lo peor.
La elección solo ha podido ser entre lo peor y lo catastrófico.

Por supuesto que puedo sostener y argumentar mi dicho. (Café de por medio)

Entretanto ofrezco la reseña de “Como Hacer que Funcione la Globalización” mi libro favorito de Stiglitz. (Reseña publicada en la revista Expansión en 2006)

En 2001 obtiene el Nobel de economía, por su análisis de los mercados con información asimétrica, ha dicho que la mano de Adam Smith no sólo es invisible, sino que casi siempre es inexistente, algunos lo etiquetan como globalifóbico, pero él mismo aclara que no critica la globalización como tal, sino los resultados que entrega hasta hoy.

En 2003 publica “Los felices años 90. La semilla de la destrucción”, donde explica el origen de algunas distorsiones económicas, ese mismo año lanza “El malestar de la globalización”. Ambos libros describen las fracturas de la dinámica económica mundial.

En 2006, con este nuevo título, entrega prescripciones para que la integración global supere temas que aun siguen pendientes.

Stiglitz va más allá de dogmas económicos, construye acercamientos y propuestas con razonamientos profundos, pero evitando tecnicismos superfluos que alejen al lector no especialista, donde la disyuntiva no siempre visible, nunca seria entre globalizar o no, sino entre la globalización posible, donde los beneficios superan las brechas, y una globalización entendida y aplicada a medias.

El texto entrega los temas que importan en las conversaciones ejecutivas de alto nivel, donde el autor no pontifica, sino que sugiere abordajes originales para el comercio justo, las rutas del desarrollo en Latinoamérica y Asia, el papel de los mercados, la propiedad intelectual, las finanzas internacionales, la responsabilidad social de la empresa, y los indeseables, pero siempre posibles, escenarios de inestabilidad.

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