
Parábola de Moribundo es una novela absorbente, especialmente divertida. Es la segunda vez que la leo.
Regresaba de la Feria del Libro Guadalajara 2009. Ahí la compre, y gracias a que el piloto de Mexicana-Click tuvo que demorar nuestro aterrizaje en Torreón, alcanzó el tiempo para leerla completa por primera vez.
Absorto en ella, me valieron madre el par de fallidas aproximaciones a tierra que nos hizo sufrir la tripulación de la aeronave.
Antier, saliendo de una cena entre amigos; su autor, Jaime Muñoz Vargas me regaló un ejemplar.
Con su dedicatoria: “Para Heriberto, este periplo por la noche lagunera, y mi abrazo siempre fraterno”
Ante generosidad de tal calibre, y atendiendo su condición de escritor de grandes ligas, atine a responderle con cierto materialismo socarrón:
“Jaime, no sabes cómo te agradezco esta contribución que haces a mi Afore”
En su crítica literaria, Eugenio Aguirre, Óscar de la Borbolla, y Hernán Lara Zavala, nos dicen:
Parábola del Moribundo, “muestra un buen oficio literario, un discurso narrativo interesante y ameno que fluye sin tropiezos y que demuestra talento, ingenio, y una dosis de humor y malicia por parte del autor”
Para los laguneros, su lectura; opino, es imprescindible.
Una aproximación nada mas: En sus páginas encontramos aquella región; cuyas noches, calles, y lugares, hasta hace tan poco, todavía nos pertenecían…
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