lunes, 28 de septiembre de 2009

El País de los Incentivos Perversos


El chiste es muy viejo:

“Pregunte a dos economistas sobre una misma cuestión, y obtendrá tres respuestas diferentes”

La razón es sencilla, la economía es una ciencia social que estudia el comportamiento, los procesos, y las relaciones; de producción, intercambio, distribución, consumo, y elección; para la satisfacción de las necesidades humanas, individuales y colectivas.

Entonces, las relaciones causa y efecto para explicar los fenómenos económicos nunca son totalmente precisas, lineales, o unifactoriales, como si pueden ser en las ciencias naturales; en la Física, por ejemplo.

Viene al caso este rollito académico, porque en días pasados algunos amigos me han preguntado sobre las declaraciones de los doctores Robert Engle, Eric Maskin, y Edmund Phelps, (los 3 han obtenido el premio Nobel de Economía), quienes opinan sobre la propuesta gubernamental de elevar y/o crear nuevos impuestos en México en este entorno de recesión.

Engle y Maskin opinan que mas impuestos no son una solución pertinente para contrarrestar los efectos de una crisis, y salir más rápido de ella.

Engle apuesta por facilitar la tramitologia necesaria para crear empresas, y Maskin invita a no desdeñar la posibilidad de aceptar un déficit fiscal que haga posible iniciativas gubernamentales contracíclicas.

Por su parte, Phelps dice que mas impuestos se hacen necesarios para conservar la capacidad del gobierno en su gasto, y así equilibrar el presupuesto público sin recurrir a la deuda.

Los tres tienen razón, y existen infinidad de modelos teóricos y empíricos que prueban su dicho.

Aquí mi argumento:

Estamos lidiando con cuatro problemas simultáneos:

1.- El agotamiento del modelo de finanzas publicas petrolizadas. Donde los ingresos fiscales por concepto de renta petrolera van a la baja. El gobierno requiere hoy alternativas más realistas y duraderas para poder financiar su gasto; que por lo demás, y mas allá de colores partidistas, históricamente ha sido un gasto dispendioso, opaco, ineficaz, asistencialista, clientelar, y poco productivo.

2.- La fragmentación del poder político necesario para erradicar privilegios. Donde el gobierno por el lado del gasto parece impedido a hacer recortes presupuestales a clientelas poderosas, y por el lado del ingreso tampoco muestra capacidad o disposición para gravar sectores de excepción fiscal.

3.- La caída en la actividad económica mundial. Donde algunos gobiernos tienen mayor posibilidad de crear respuestas contracíclicas, (paquetes de rescate con fondos públicos, gasto publico redistributivo, inversión pública en activos de capital e infraestructura), pues son países con mayor capacidad de captar las corrientes internacionales de capital, emitiendo deuda percibida y aceptada como menos riesgosa para ello.

4.- La incapacidad estructural de la economía mexicana para crecer. Donde mas allá de la insuficiencia pública y privada para crear corrientes de inversión y crecimiento de la oferta agregada, la estructura de incentivos, políticas públicas, y diseños institucionales, pareciera momificada, atrapada entre dogmas de fe y conveniencias inmediatistas.

Ahora, mas allá de la totalmente correcta y respetable opinión de los tres economistas citados, el punto es que aquí en México, de alguna manera habremos de pagar las consecuencias de estos problemas.

Sea con mayores impuestos, con menor capacidad de inversión gubernamental, o con los efectos indeseables (en nuestro bolsillo), de una mayor deuda pública, (presiones inflacionarias, poca disponibilidad y alto costo del financiamiento para proyectos privados, presiones cambiarias, posible aumento del riesgo-país, y menores flujos internacionales de crédito-inversión)

¿Cuál es la realidad?

Opino que nos hemos quedado con escaso combustible, y acaso sin suficientes motores, para poder sacar veloz y fortalecido a nuestro país de esta crisis, sin vacunas para inmunizarlo ante enfermedades económicas, que seguramente, seguirán “llegando de fuera”.

Estamos inmóviles, y hasta perplejos al preguntarnos cómo y en qué momento perdimos la brújula.

Sabemos porque no crecemos, estamos obligados, (urgidos diría) a crear el discurso y el diseño para ya empezar a crecer.

Anotación personal: Hoy cumple 16 años mi hijo Heriberto, estoy feliz. Sigo necio para que cuando yo me vaya, él y su generación puedan vivir en un mejor México.

1 comentario:

Psicoterapia.psicoanalitica dijo...

Aunque parezca comercial de CNN En Efectivo, Finanzas y Economía y Al Cierre: En toda época la información certera y veraz es básica para las decisiones adecuadas y las acciones precisas.

Gracias por compartir tu acopio de opiniones de expertos y tu síntesis personal. La Economía sigue siendo un misterio par los no legos y, desde mi perspectiva, un saco en donde deposito mis frustraciones de simple mortal que sin entender por qué ocurren las cosas veo minada mi situación de subsistencia aspiracional típicamente clasemediera.

Felicidades a tu hio en su cumpleaños. Te quedan 2 años antes de su mayoría de edad, je, je