miércoles, 17 de marzo de 2010

Antropología de respuestas populares


Se le atribuye a Keynes la frase “Aun sin saberlo, todo hombre pragmático es esclavo de algún teórico difunto”

Desde hace 20 años leo periódicos todos los días, y hoy se me ocurrió tratar de identificar un patrón.

Es simple: Cuando a cualquier personaje la prensa le pone el micrófono y le pregunta sobre los problemas económicos de México ¿Cuál es el rollo mas común que sueltan los entrevistados? ¿Cuál es el remedio que, repetitivamente y casi sin excepción, suele prescribirse?

En los años ochentas los entrevistados fueron esclavos de Milton Friedman y de John Williamson. La receta fue liberalizar mercados, y reducir la intervención estatal mediante privatizaciones. El Consenso de Washington pues.

En los años noventas los entrevistados fueron esclavos de Johan Norberg y de Jagdish Bhagwati. La panacea era los tratados de libre comercio internacional, la globalización, y la competitividad.

En la última década el lugar común, la frase para el bote-pronto, la moda pues, ha sido “la falta de reformas estructurales” ¿Explícitamente cuáles? Quien sabe… el chiste es responder informado, motherno, investido de harta exigencia ciudadana y de notable rugido cuasi-empresarial.

Hoy somos esclavos de Douglass North y de Fajnzylber.

Pero, como decía aquel clasico: “Que no haya ilusos, para que después no haya desilusionados” Conviene pues, darle una leída a Dani Rodrik (en “Rethinking Growth Policies in the Developing World” Harvard University)

“En primer lugar, al tratarse de una larga lista de reformas institucionales todavía definidas en términos relativamente vagos, tales como abatir la corrupción, o establecer un Estado de Derecho, o bien flexibilizar el mercado laboral; y cuya vinculación con el crecimiento económico es, en el mejor de los casos, muy difícil de medir, la segunda generación de reformas difícilmente puede discutirse racionalmente.

En caso de que no produzcan los resultados esperados, siempre se puede argumentar que falta algo en la reforma de tal o cual aspecto del entramado institucional, o que, como seguramente será imposible tener todas las reformas al mismo tiempo, falto esa reforma crucial.

El contexto estructural ideal es entonces un horizonte que se aleja conforme avanzamos hacia él”.

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