lunes, 13 de septiembre de 2010
Seldon tampoco pudo
“Uno de los secretos vergonzosos de la economía es que no existe una teoría económica… Un conjunto de principios fundamentales en los cuales basar cálculos que iluminen los resultados del mundo real… (A diferencia de las solidas teorías de los químicos y de los físicos) Los economistas no tienen nada parecido. Los principios económicos que respaldan sus teorías son un fraude: no son verdades fundamentales, sino meras (aproximaciones) que se ajustan para que del análisis resulten las conclusiones adecuadas”
¡Tómala! Lo anterior fue escrito y publicado por un doctor en economía. Por Bradford DeLong. Profesor titular en Chicago y Berkeley; ex Secretario Adjunto del Tesoro de los EUA, y serio candidato para el premio Nobel.
DeLong tiene razón. Pero opino que su conclusión proviene de una premisa errónea. Digamos que es la clásica respuesta correcta a la pregunta equivocada. A continuación apoyo mi argumento, citando varios nombres y algunas referencias. Por razones de espacio no puedo abundar sobre cargos académicos y bibliografía. Si alguien desea referencias precisas, escríbame un correo.
Se le ha llamado “la envidia a la física” Warren Bennis decía que los científicos sociales (ej. economistas) desearían tener las herramientas que las científicos naturales (ej. físicos) sí pueden permitirse.
Digamos que a nivel física newtoniana la teoría sería deterministica, es decir la relación causa-efecto es lineal y susceptible de ser representada con un modelo perfecto. Pero ya a nivel física cuántica, la teoría es probabilística, (conviene aquí recordar el principio de incertidumbre de Heisenberg).
Por eso, cuando Einstein exclamó Dios no juega a los dados, Niels Bohr le respondió: ¡Deje de decirle a Dios lo que tiene que hacer!
Fabrizio Ferraro lo dice de otra forma: “La mayoría de los escritos académicos de los economistas no son ni positivos (así son las cosas) ni normativos (así deben ser las cosas). Son simplemente herramientas conceptuales que aportan una descripción próxima, en todo caso útil para desentrañar fenómenos sociales acotados en el tiempo, y siempre limitados en la circunstancia”
Clayton Christensen lo expresa así: “Una teoría es buena en tanto sus fundamentos no estén basados únicamente en correlaciones matemáticas de variables elegidas, sino cuando está basada en relaciones causales susceptibles de ser refutadas”.
Nicholas Taleb quien se considera a sí mismo un empirista escéptico afirma que los economistas y los financieros sobreestiman (mos) el valor de las explicaciones racionales y las correlaciones sobre datos del pasado, infravalorando el peso de la aleatoriedad en esos datos.
Kahneman, Smith, y Stiglitz han demostrado que la racionalidad económica no existe. Krugman, Ostrom, y Williamson devolvieron a la economía a su condición de ciencia social, nunca ciencia exacta.
Entonces, ¿De dónde diablos saca Bradford DeLong que la economía debiera o pudiera tener una teoría unificada que permita iluminar los resultados en el mundo real?
La economía es una ciencia social, donde el observador modifica lo observado, donde no puede existir la experimentación “in vitro”, donde tampoco son posibles las autopsias de cadáveres económicos.
En la economía existen las expectativas irracionales, los equilibrios suboptimos, las profecías auto-cumplidas, las asimetrías de la información, y los mercados imperfectos. ¿Cómo entonces puede tenerse una teoría fundamental que explique; y aun mas, pueda predecir el comportamiento humano a nivel individual o agregado?
Simplemente no se puede, y aquel economista que juega a las predicciones; o es astrologo, o se cree adivino.
Quizás, como lo escribió Isaac Asimov en su legendaria serie de ciencia ficción Fundación e Imperio dentro de 20,000 años existirá un científico social como su personaje Hari Seldon, quien mediante la psicografía intentaba predecir el futuro de la humanidad correlacionando matricialmente los eventos en millones de galaxias.
Pero quienes leyeron esta saga, seguro recordarán al Mulo.
Seldon tampoco pudo...
(Publicado en La Opinión Milenio. Domingo 12 de Septiembre de 2010)
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1 comentario:
que buena forma de acabar el artículo eh, que buen tema... Tal vez Seldon no anticipó al Mulo en el momento exacto, pero cuantos años duró su predicción?!, llevo años clavado con el tema, será posible predecir el comportamiento de la sociedad como una ciencia exacta? me parece interesante comparar las matemáticas probabilisticas cuánticas con las matemáticas sociales, me hace pensar....
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