miércoles, 28 de abril de 2010
Narco-Matemáticas
Aviso para (algunos) quienes me hacen el favor de leer este blog:
En este post me pongo insoportablemente académico, pero al final queda claro porque se llama NARCO-MATEMÁTICAS
Uno de mis primeros contactos formales con la Teoría General de Sistemas fue gracias al artículo “Un paradigma sistémico para la resolución de problemas” publicado en la revista Acequias de la Universidad Iberoamericana (2003) por el Doctor Ricardo Coronado, amigo y colega profesor.
Un par de años después escribí y publiqué un artículo para la Universidad de Navarra (Revista de Empresa-European Management Association) donde retomaba dicho enfoque para analizar varios casos de reconfiguración sistémica de mercados y sectores industriales en México.
Así pues, me gusta el enfoque sistémico, lo utilizo con frecuencia, y acudo a sus fundamentos recurrentemente.
Cito entonces a José Mónzo Marco, y su inteligente aplicación del modelo matemático de interdependencia sistémica Lotka-Volterra.
“Retomando la propiedad isomorfa del Modelo Lotka-Volterra mencionamos deliberadamente otras aplicaciones en el ámbito mafioso, militar, económico, etc.
¿Por qué mafioso?
A pocos estrategas policiales se les escapa que el fenómeno mafioso implica, desde un punto de vista presa-predador, un control indirecto sobre pequeños delitos (predadores pequeños) a cambio de la presencia permisiva de un delito mayor (extorsión continuada).
No es ningún secreto que todas las policías del mundo saben o intuyen que los predadores grandes (delincuentes organizados) “mantienen a raya” en su territorio a los predadores pequeños (delincuentes no organizados).
Si un estratega policial decidiera por su cuenta y riesgo, eliminar a los predadores mayores, debería saber o intuir que al poco tiempo los pequeños delincuentes (predadores pequeños) se harán dueños de las calles, pues ante la ausencia de sus predadores naturales (mafia organizada) crecerán en número y fechorías, tal vez hasta constituir “por evolución”, en otra mafia organizada.
Por favor, no estoy diciendo con esto que la policía mantenga el status-quo y no actúe contra los mafiosos y extorsionadores, pero sí que tenga en cuenta que el vacío de poder dejado por los mafiosos detenidos debe ser reemplazado por más presencia policial o de lo contrario el éxito policial será efímero”
Termino la cita, y me queda la pregunta para los estrategas en el combate al crimen:
¿Así?
¿O más claro?
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domingo, 25 de abril de 2010
El ingenuo era yo
“Joaquín Sabina: buen showman, buen show. La misma canción cantada 30 veces” Twitea mi amigo Andrés saliendo del Auditorio Nacional.
“Hubo un tiempo en que México podía ser gobernado a punta de frases celebres” concluye mi amigo Édgar a propósito del tema.
Lo cierto es que la frase de Sabina se revela sabrosona para la ironía, la desilusión, el escarnio, y hasta para la socarronería. Creo que vivirá junto a otras inmortales del imaginario popular.
Ingenuos, por ejemplo, quienes cuando el mercado de inversiones otorga una rentabilidad anual promedio del 4 al 8%, creen en ofertas del 60% anual de ganancia seguras en instrumentos o fondos domiciliados en alguna diminuta isla caribeña, o quienes apuestan en vehículos financieros tan exóticos, (reborujados, diríamos los laguneros), que ni con tres doctorados en economía, banca, y finanzas podría alguien calibrar la magnitud del riesgo que conllevan.
El tema de la ingenuidad da para mucho, por ejemplo la eterna discusión sobre el riesgo moral, donde los bancos y otros intermediarios financieros se involucran en opacidades y toman riesgos excesivos, pues siempre tendrán un papá gobierno dispuesto a rescatarlos con dinero del contribuyente.
Pero no es el único aspecto sobre la necesaria regulación bancaria. Recuerdo aquella ley estadounidense llamada Glass-Steagall, vigente por mas de 60 años y derogada en 1999. Esta ley fue una de las regulaciones bancarias más importante jamás aprobada, ya que prohibió que cualquier banco comercial comprometiera en actividades de inversión especulativa los depósitos de sus clientes.
Creo también que resulta ingenuo pensar que los bancos ampliarán el otorgamiento de crédito al sector productivo mexicano solamente por recomendaciones y conminaciones de la autoridad. Actualmente, los principales bancos que operan en México no necesitan prestarle a las empresas para ganar dinero, la mitad de sus utilidades son producto de las más de 1,400 diferentes comisiones que cobran, otras fuentes de rentabilidad son los créditos hipotecarios y los excesivos intereses en tarjetas de crédito.
Además, como el banco paga al pequeño y mediano ahorrador un interés menor al rendimiento que obtiene del gobierno con los Cetes, pues intermediar depósitos así, y ganar dinero, siempre será más cómodo que desarrollar una estructura necesaria y suficiente, para por ejemplo financiar a las Pymes.
Y no, no traigo el discurso de satanizar banqueros (fui uno de ellos por mas de 14 años, muchos de mis amigos trabajan en el negocio bancario-bursátil, además, hoy es mi cumpleaños…)
Simplemente afirmo que la estructura actual de incentivos en el sistema financiero mexicano debe ser repensada para aumentar su participación en el crecimiento económico y en la creación de riqueza.
Por su parte, el sistema financiero mundial, requiere regulaciones explicitas para evitar los riesgos sistémicos, y los cada vez más frecuentes fraudes contra inversionistas. Especialmente con ese tipo de inversor, que llega siempre mas entusiasmado que bien asesorado.
Por cierto, también del ingenio twitero: “El último deseo de Islandia fue que sus cenizas se esparcieran por toda Europa”
(Publicado en La Opinión Milenio. Domingo 25 de Abril 2010)
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Joaquin Sabina
Los monopolios son buenos
Me divierte hacerlo. Cuando en la opinión pública y publicada, un tema o palabra empieza a recibir mayor atención, y en el discurso se populariza un sesgo de juicio (positivo o negativo), ahondo en la investigación de la tesis contraria. ¿Para qué? Para conocer la película completa.
Es el caso de los monopolios, no todo es malo. Aquí presento al lector dos puntos de vista complementarios. El concepto de monopolio natural, y una brevísima reseña del libro Monopoly Rules. Buen provecho.
El concepto: Un monopolio natural es un caso particular de los mercados en el cual una empresa puede producir toda la producción del mercado con un coste menor que si hubiera varias empresas compitiendo. Esto usualmente ocurre en mercados en los cuales se tiene que realizar una altísima inversión inicial para ingresar junto a elevados costos de mantenimiento de la estructura productiva para atender un mercado que, adicionalmente, es limitado.
La reseña: Monopolio. Hoy una de las palabras menos “políticamente correctas” en la jerga económica. En un momento económico donde el neo-institucionalismo regresa por sus fueros, con entramados regulatorios como receta para posibles fallas en los mercados.
Pero más allá de la etiqueta ideológica en la opinión popular. El autor del libro, profesor en la Universidad de Chicago, afirma que en los negocios, los monopolios ni son antinaturales; en su mayoría son legales, y son mas frecuentes de lo que creemos.
Además, sostiene que la verdadera estrategia empresarial debe conducir a obtener un monopolio temporal o espacial, donde el empresario encuentra, o crea, un mercado en el cual la competencia es irrelevante.
Una patente es el monopolio temporal prometido que incentiva apostar por la investigación científica. Una marca poderosa es un monopolio en la mente del consumidor. La denominación de origen es un monopolio geográfico, que permitió al tequila mexicano ser único en el gusto mundial.
Un estacionamiento público, o una esquina urbana altamente transitada, finalmente son monopolios espaciales. El servicio y las refacciones son monopolios productores de efectivo recurrente para los fabricantes automotrices. Carlos Monsiváis, Leo Messi, y también los Tigres del Norte, son monopolios unipersonales de talento.
Así pues, el libro explica como descubrir oportunidades para tener un monopolio y mantenerlo.
Como permanecer siempre un paso delante de la competencia, e inhibir la entrada de nuevos competidores al negocio. También dedica un capítulo final a describir cuales serán los monopolios del futuro.
Una lectura quizás controversial, pero también necesaria para que el hombre de negocios pueda sacudirse esa parcialidad que caracteriza las interpretaciones superficiales.
(Publicado en La Opinión Milenio. Domingo 18 de Abril 2010)
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lunes, 19 de abril de 2010
Murió C.K. Prahalad
Coimbatore Krisnharao Prahalad, así se llamaba. Fue el creador de los conceptos “core business”, y “core competencies”. Frases tal vez más pronunciadas que comprendidas por muchos ejecutivos y CEO´s durante los años noventa.
Profesor titular de la cátedra de estrategia corporativa en la Universidad de Michigan, ganador del premio McKinsey por sus artículos en la Harvard Business Review, fue considerado entre los 10 pensadores mas influyentes en el mundo de los negocios.
Su libro “Competing for the future” dio nuevos bríos a la innovación en las empresas.
Pero su verdadero long-seller fue “The fortune at the bottom of the pyramid” un compendio de originales teorías, que entre otros meritos, fue el semillero ideológico de empresas y micro financieras que hoy atienden a los segmentos de mas bajo ingreso en el mundo.
“Soy un alumno mas que sigue hambriento de aprender cosas nuevas” respondió en 2007, después de dictar una conferencia en México, cuando un novel reportero le pregunto si se consideraba un gurú del management.
Descanse en paz profesor...
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jueves, 15 de abril de 2010
Banamex y Medina Mora
Leo la entrevista que en México y Nueva York, Expansión hace al presidente y CEO de Citigroup para Latinoamérica, Manuel Medina Mora.
Una frase me encanto, pero antes, un párrafo personal de remembranzas.
Mi primer trabajo formal fue en Banamex, inicie a los 19 años como cajero, y a los 23 ya era gerente de una sucursal en Monterrey. Banamex me pago una maestría y un par de especializaciones. También, me permitió algo aprenderle a esa generación irrepetible de excepcionales banqueros mexicanos. (Agustín Legorreta, Federico Ramos Salas, Felipe de Yturbe, Jaime Lomelí, Carlos de la Cerda, Francisco Alcalá, entre otros) Aquí pues mi agradecimiento y mi recuerdo.
¿Qué me gusto de la entrevista con Medina Mora?
Su frase “Un CEO tiene que saber entender el mundo”
Y la voy a usar.
Mucho. Con mis alumnos en los posgrados en Administración de Negocios. Sobre todo con esos pocos, que siendo perezosos para leer, hacen la inocente preguntita:
Y en mi trabajo profesor… ¿Para qué me va servir leer este libro?
Mi respuesta desde ya: Para que sepas entender el mundo.
lunes, 12 de abril de 2010
Dinero, drogas, y orgullo
Dan Ariely es profesor de Neuroeconomía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. En columnas anteriores he recomendado su libro Predictably Irrational. (Publicado en México con el titulo Las Trampas del Deseo)
El capitulo cuatro es fascinante, pues aborda el conflicto que existe entre las normas de intercambio social y las normas de intercambio mercantil. Reproduzco un ejemplo que el autor utiliza para explicarse, y luego expongo algunas conclusiones y opiniones encaminadas al tema de las drogas.
“Un amigo mío de Miami acompaño en cierta ocasión a un agente de la guardia costera estadounidense. El agente llevaba un fusil AK-47 y no había duda que podía disparar a cualquier lancha cargada de droga. Pero, ¿lo había hecho alguna vez? Le pregunto. Nunca, respondió. De hecho, confesó, existía un pacto implícito: los federales estadounidenses nunca disparaban si los narcotraficantes no lo hacían, pues dijo, su salario no era tan bueno como para arriesgar la vida (Quizás por esto nunca se oye hablar de tiroteos en la llamada “guerra contra las drogas” estadounidense)”
Una aclaración: la inferencia y el entrecomillado en el paréntesis anterior no son míos, son del propio Ariely.
Mis conclusiones: los seres humanos funcionamos con dos chips distintos según el tipo de incentivos que recibimos. Podemos trabajar altruistamente, pero nunca abaratar nuestro trabajo. Tampoco entregamos esa pasión o hasta el heroísmo en nuestras labores únicamente por dinero, sin tener acceso a recompensas como el honor, el reconocimiento social, el orgullo profesional, y el sentido de pertenencia.
Es evidente que los soldados, los marinos, y los policías de elite mexicanos no arriesgan su vida en la lucha contra el crimen organizado por una paga mensual, lo hacen por honor, por pertenencia, por orgullo.
Por eso me preocupa este mundo al revés, donde el reconocimiento social y mediático se les regatea, donde políticos y hablantines apuran para que las fuerzas armadas abandonen las calles, mientras que paralelamente creció toda una corriente de permisividad y subrepticia exaltación social del crimen.
No soy reportero, así es que me resulta difícil juzgar la calidad o la pertinencia de la reciente entrevista que don Julio Scherer presentó, pero no pude dejar de sentirme como si leyera una de aquellas que Mario Vázquez Raña le hacía a Echeverría. Con abrazo incluido y el culto a la personalidad en primera plana.
Tampoco pretendo una apología de la estrategia gubernamental en la guerra contra las drogas; pues me resulta confuso explicármela con tanto mexicano muerto. Mientras que en EUA, que es el mayor mercado mundial, el consumo, la distribución, y hasta el blanqueo son solapados.
Actualmente se discute si es preferible legalizar las drogas, y dedicar cuantiosos recursos para prevenir y desincentivar su consumo. He notado que ese argumento confunde a muchas personas.
Legalizar las drogas nunca será lo deseable; pero sin que alguien pueda garantizarlo, algunos afirman sería ya lo menos peor, dada la situación actual en términos de adicción, volumen económico, demanda, sangre, balas, e impactos mediáticos.
Pero no hay que engañarnos, en el caso que la droga se legalice, el crimen organizado explotará (ya lo hace) y seguramente acrecentará otras industrias ilegales, el secuestro, el robo, la trata de humanos, la pornografía infantil, el fraude, la extorsión, y el terrorismo.
Entonces la lucha que libran las fuerzas armadas mexicanas es una guerra contra el crimen organizado, es una guerra que debe librarse en tanto la droga es ilegal, y que debe ir contra cualquier poder criminal que amenace la razón de ser de un Estado. Es una guerra para que el Estado Mexicano pueda garantizarnos el monopolio de la violencia.
Mucho ayudaríamos los ciudadanos si, independientemente que los narcóticos sean ilegales o legales en el futuro, persistimos en reprobar socialmente al crimen organizado, siendo intolerantes con toda esa retorcida mitología de éxito socioeconómico que le rodea.
Nuestro himno nacional no dice “Un sicario en cada hijo te dio”
(Publicado en La Opinión Milenio. Domingo 11 de Abril 2010)
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domingo, 4 de abril de 2010
Dinero maldito que nada vale (con adéndum)
Llorosamente cantaban Pedro, Jorge, y José Alfredo. En aquella hermosa, y especialmente beoda canción “La que se fue”.
Pero, ¿Cuánto vale el dinero? Para algunos vale una vida. Por ejemplo, leo que General Motors ha descontinuado la marca Hummer, y me pregunto también como ha sido posible que muchos jóvenes reclutados por el crimen organizado hayan malbaratado su vida atraídos por un sueño tan banal como, entre otras cosas, poseer uno de estos armatostes hoy pasado de moda.
Recuerdo también haber escuchado a un afamado financista confesar que decidió estudiar economía cuando su padre le dijo que se había acabado el dinero en casa.
Años después caería en la cuenta que, en esencia, el dinero es solo una idea. Una medida comparativa (relativa) de precios entre todos los bienes y servicios que se producen y se venden. Cualquier cosa es, o puede ser dinero, siempre y cuando mucha gente así lo crea.
Estoy consciente que podría parecer chocante escribir sobre el dinero desde un plano meramente conceptual. Sobre todo en un país pobre, y siendo quien escribe, como muchos, alguien que anda en chinga para poder irle remando a la vida.
Pero no estoy abordando la situación financiera de algún país o persona en particular, sino la historia del dinero, la historia económica del mundo. Una historia que siempre nos quitara el aliento. Casi una mezcla de mercenarios económicos al estilo Indiana Jones, alquimistas financieros graduados en Hogwarts, y criminales brillantes como el inolvidable doctor Hannibal Lecter.
Solo en casa, pues mi familia visita parientes en Zacatecas y Guadalajara, nuevamente gocé algunos de mis libros de historia económica.
El triunfo del dinero de Niall Ferguson, catedrático en Harvard y en Oxford; Dinero y poder basado en aquella serie de la BBC de Londres; Famosos casos de estafa y pillaje del Reader´s Digest; Historia del pensamiento económico de Gabriel Gutiérrez; y la cereza del pastel: Teoría general de la ocupación, el interés, y el dinero de papá Keynes. Neta, pocas veces tengo tiempo para ser tan golosote.
Entre estas páginas podemos conocer las monedas más antiguas (600 a.c.) encontradas por el hombre en el templo de Artemisa en Éfeso. Aleaciones de oro y plata, en el anverso la cabeza de un león representando la fuerza, y en el reverso una lechuza que simboliza la sabiduría. También un trozo de arcilla de la antigua Mesopotamia, la inscripción declara que al terminar la cosecha alguien llamado Amil-Mirra pagará 330 medidas de cebada al portador de la tablilla.
La historia del joven matemático Leonardo de Pisa, (llamado también Fibonacci), quien con su obra Liber Abaci, (Libro de Calculo) se convirtió en, digamos, asesor financiero de los primeros comerciantes y usureros del norte de Italia.
Mercaderes en Venecia (remember Shakespeare), la banca judía, los Medici, los Rostchild, la Casa de Contratación de Sevilla, la Compañía de las Indias Orientales, la fiebre holandesa de los tulipanes, y la burbuja de los Mares del Sur.
Bretton Woods, los billetes confederacionistas de la guerra de secesión, la caída del rublo, Pinochet y los Chicago Boys, George Soros y la libra esterlina, Wall Street, Credit Suisse, Barings, los seguros y los derivados, Bonos Chatarra, Hipotecas Subprime, Enron y WorldCom, México y el efecto tequila, la década perdida en las finanzas japonesas. En fin... la novela completa de ese tan tormentoso romance entre los hombres y el dinero.
(Publicado en La Opinión Milenio. Domingo 04 de Abril 2010)
Adéndum:
History of Economic Analysis de Schumpeter; A Treatise on Money tambien de Keynes, The Keynesian Revolution and the Monetarist Counter-Revolution de Johnson, son algunas de las lecturas que tambien sobre historia economica, Javier Ramos Salas, (Urbanista, y economista de The New School for Social Research en NY) recomienda en su mail que hoy recibo.
Mi abrazo fraterno Javier, y nuevamente felicitarte por el Premio Banamex de Historia Regional Mexicana que obtuviste con tu libro "Entre el esplendor y el ocaso algodonero. Un ensayo sobre el desarrollo urbano de Torreón"
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